Ahora que estamos cerca de las fiestas navideñas, me siento muy animada a sacar del baúl de mis recuerdos alguno que justamente corresponde a la de una niña, y todos sabemos que la navidad es una celebración en la que de manera especial pensamos en la familia y nuestros niños.
Aquí mi testimonio:
“Mi pequeña sobrina- hija de mi hermana menor – se llama Irina y exactamente el 2005, ella entraba a cumplir sus 5 primorosos años. Era la única pequeña que vivía en casa y disfrutaba de los afectos y cuidados prodigados no solo por sus padres, también por sus dos tías maternas. Una de ellas, es quién escribe este mensaje.
Los fines de semana que yo tenía algún tiempo libre, trataba de compartir la vida cotidiana con la nena: sus juegos en los que yo pasaba a ser parte de algún personaje y a veces me solicitaba o me exigía a representarlos. Otras veces me hacía tantas preguntas poco usuales y frecuentemente ella tenía o ensayaba algunas respuestas a las mismas.
Realmente me sorprendía su inquietud de descubrir de su pequeño mundo que luego se fue haciendo cada vez más poblado, y bueno, cada quién trataba de estimularla, dialogando, cantando, compartiendo todo cuanto era posible en su compañía. Pero por sobre todo su madre, quién inclusive dejo el trabajo para dedicarse a Irina, en la apuesta de brindarle no solo amor sino de atenderla integralmente y de manera muy cercana sus primeros estadios de vida.
Mi hermana, decía” todo lo que yo haga por Irina hoy, tendrá un efecto imperecedero en la vida de ella” y ello al paso de los años se va corroborando. No deseo obviar que los otros miembros de la familia y la escuela también van dejando huella en lo Irina hoy una púber con muchas fortalezas y claro con otros desafíos a superar también.
Bueno, sin más, añadiré lo siguiente: Algunas veces, mientras Irina jugaba o estaba entretenida viendo sus videos que de manera seleccionada le obsequiaban sus padres u otros familiares (tías y tíos) yo le alcanzaba , un platito con dos o tres frutas, una de ellas era infaltable: la granadilla, de su entera preferencia, hasta hoy.
Un buen día Irinita y sus padres, se fueron a su nueva casa y a pesar de que esta partida ya se le había ido anunciado tiempo atrás, procurando que lo asimilara de la mejor manera- por supuesto también nosotros- la pequeña se entristeció por varios días y nos hizo “jurar” que por favor, no dejáramos de ir a verla, “hasta que su papá comprase otra casa muy grande para todos ”,sin embargo, lo que más me sorprendió es que Irina me abrazo fuertemente y me dijo de manera casi solemne: “te quiero mucho y gracias por el gesto de las frutitas” realmente me quede anonadada de sus expresiones, de cómo esa pequeña me expresaba sus afectos y especialmente su agradecimiento que venía
Afincándolo desde tiempo atrás y me lo comunicaba justamente momentos antes de su partida de casa, como el mejor testimonio de sus afectos”.
A partir de este recuerdo que puede ser anecdótico, pero que me dejo una importante reflexión, quiero compartirles algunas recomendaciones que pusimos en práctica con Irina y que fueron muy útiles inclusive en sus etapas sucesivas. Lo importante es que los niños aprendan tempranamente a tener una actitud crítica, reflexiva y de ir atesorando algunos valores, que hoy en día extrañamos tanto.
-Darles la oportunidad de explorar y experimentar en su entorno, tomando las precauciones del caso, utilizando todos sus sentidos.
-Conversarles de diferentes cosas y claro en un lenguaje sencillo, siempre con una actitud de calma y alegría.
-Escuchar sus ideas, acoger sus inquietudes y responderles de manera oportuna, no digas”estoy ocupada…”, así, potenciaras su razonamiento, su expresividad.,
–Estimularlos a expresar su mundo interno mediante los dibujos, las canciones creadas, dialogando con ellos, ejemplo sobre la navidad, su casa,etc.
-Leerles cuentos especialmente antes de acostarlos para ayudarlos a imaginar, a ser creativos
-Seleccionar programas televisivos o películas cortas cuyo contenido tenga mensajes aleccionadores, sin dejar de ser divertidos.
-Jugar con los niños es muy necesario, sumergirse en sus circunstancias y vivir sus emociones.
– Evitar cuestionarlos de manera dura, corregirles con cariño.
-Enseñarles valores, vivenciándolos, es la única y mejor manera de aprender.
-Hacerles saber que son amados de diferentes maneras y ellos darán amor.
-Llevarles de paseo o de viaje, son formas muy interesantes y divertidas de aprender más.
¡La casa es una fuente inagotable de aprendizaje y mucho más en la infancia! Regálales mucho amor y tiempo en estas navidades!!! Sin duda de lejos será el mejor de los regalos.
Un gran abrazo desde este lado de la mágica bruma,
Tus amigas de,
MUJER HOY