Cómo buscar un buen trabajo, es una de las tareas más difíciles a las que nos enfrentamos toda las personas en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo hoy las mejores oportunidades exigen un mínimo de capacitación que hoy ya implica tener una Maestría y Diplomados específicos y poder sostener una conversación en inglés como mínimo; o ser un “experto usuario de las tecnologías”; entre otros requisitos.
Un empleo ya no es un compromiso de “toda una vida” así que uno tiene que estar dispuesto a pasar por la ingrata noticia de que su contrato no será renovado o estar en la duda si acepta un nuevo empleo, porque le dan mejores condiciones laborales o un mejor sueldo.
Hoy en día, ya hay la tendencia de que un postulante no tenga que presentarse necesariamente con corbata o que no concurra a un lugar determinado pues la tecnología ahora le permite una entrevista “virtual”. Incluso las exigencias ya no son las de “antes”. Hoy no se exige solo pasar por una prueba psicotécnica, como hace 20 o 30 años atrás: sino una evaluación integral que permite apreciar con mayor profundidad la calidad del postulante.
Hoy en día, ya hay la tendencia de que un postulante no tenga que presentarse necesariamente con corbata o que no concurra a un lugar determinado pues la tecnología ahora le permite una entrevista “virtual”. Incluso las exigencias ya no son las de “antes”. Hoy no se exige solo pasar por una prueba psicotécnica, como hace 20 o 30 años atrás: sino una evaluación integral que permite apreciar con mayor profundidad la calidad del postulante.
Asímismo, hoy el conocimiento está muy difundido; eso le permite a un postulante saber qué tipo de empleador lo está evaluando. Si es un buen pagador o cumplidor de las leyes o es un “tramposo” que le está haciendo perder el tiempo.
Las condiciones laborales también han variado. La crisis de las 80s hizo desaparecer muchas condiciones laborales favorables para los trabajadores, que paradójicamente encubrieron una serie de excesos que terminaron por acabar con la “estabilidad de por vida” entre otras condiciones laborales más. Sin embargo hemos pasado a un extremo opuesto. Hoy nadie está libre de ser despedido aún cumpliendo “religiosamente” sus obligaciones laborales; sin embargo la propia lógica de la economía ha hecho cambiar esto en algunos sectores económicos como el agroindustrial o el minero, donde la demanda de trabajadores calificados ha hecho que las propias empresas tengan que ofrecer mejores condiciones para contar con dichos trabajadores. Lamentablemente esto aún no es algo generalizado. Los sueldos aún no logran estar en un rango aceptable a pesar que las utilidades de las empresas han crecido muchísimo más que los sueldos en estos 10 años de espectacular crecimiento económico. Además la realidad de las micro y pequeñas empresas es muy diferente a la de las medianas y grandes; lo que no les permite equiparar beneficios como gratificaciones, vacaciones y pagos de sobretiempos; y esto es una realidad de una gran mayoría de trabajadores.
Las condiciones laborales también han variado. La crisis de las 80s hizo desaparecer muchas condiciones laborales favorables para los trabajadores, que paradójicamente encubrieron una serie de excesos que terminaron por acabar con la “estabilidad de por vida” entre otras condiciones laborales más. Sin embargo hemos pasado a un extremo opuesto. Hoy nadie está libre de ser despedido aún cumpliendo “religiosamente” sus obligaciones laborales; sin embargo la propia lógica de la economía ha hecho cambiar esto en algunos sectores económicos como el agroindustrial o el minero, donde la demanda de trabajadores calificados ha hecho que las propias empresas tengan que ofrecer mejores condiciones para contar con dichos trabajadores. Lamentablemente esto aún no es algo generalizado. Los sueldos aún no logran estar en un rango aceptable a pesar que las utilidades de las empresas han crecido muchísimo más que los sueldos en estos 10 años de espectacular crecimiento económico. Además la realidad de las micro y pequeñas empresas es muy diferente a la de las medianas y grandes; lo que no les permite equiparar beneficios como gratificaciones, vacaciones y pagos de sobretiempos; y esto es una realidad de una gran mayoría de trabajadores.
No está demás decir que el crecimiento de un país se basa en la inversión privada y que el solo crecimiento no siempre asegura inclusión social; ello va de la mano de una adecuada distribución y finalmente esto pasa por una equitativa remuneración a los agentes económicos, entre ellos lógicamente los trabajadores.
Un abrazo desde este lado de la mágica bruma
Tus amigas de
MUJER HOY