Causas y recomendaciones para evitar la crisis matrimonial

¿POR QUÉ LA VIDA CONYUGAL FRACASA O ENTRA EN CRISIS?

IDENTIFICA ALGUNOS SIGNOS Y RECOMENDACIONES
«Las ilusiones de vivir juntos para siempre pueden llegar a ser solo un recuerdo».

Hoy más que antes los matrimonios resultan ser muy frágiles muchos especialistas entre otras razones destacan las presiones de diversos tipos muy propias de estos tiempos.
Se suele decir que los primeros siete años son los más desafiantes para la pareja, por todo lo que significa el proceso d e afrontamiento de diversas situaciones que pueden ser difíciles. Si se han superado estas situaciones es muy probable que la unidad sea casi o para siempre.

Revisemos algunos síntomas que pueden ocasionar crisis o la ruptura definitiva:

– La sensación de desenamoramiento, puede ocasionarse en uno o ambos cónyuges. Ocurre cuando la atracción y el romanticismo se han agotado, ya no existe el hombre o la mujer idealizada, las expectativas iniciales resultan distantes de lo real y ninguno hace esfuerzos por recuperar el encandilamiento.(No hay muestras de afecto, la cuota de erotismo y otros detalles, que suelen gustar a ambos).

– La falta o insuficiente comunicación, este fenómeno resulta ser frecuente, muchas parejas dejan de comunicarse con franqueza: no opinan, no comparten, no discuten sus dificultades, muchas veces por temor a salir afectados o afectar, dando paso a una actitud poco o nada comprensiva, poco tolerante y de aparente desinterés. Un gran número de parejas no saben escucharse, no esperan explicaciones, no prestan atención y lo que es peor, no cuidan el tono de voz al dirigirse a su cónyuge. En otros casos, alguno de ellos considera que siempre tiene la razón, que es el portador(a) de la verdad y busca imponer sus razones, anulando a la otra persona

El primer hijo, ocurre muy a menudo que la llegada de un hijo cambia totalmente el rol de cónyuge hacia el de madre, llegando a ignorarse al esposo y sus necesidades. También sucede que el no ponerse de acuerdo o la falta de apoyo especialmente del padre en la atención del niño, especialmente en los horarios nocturnos puede generar desavenencias. En uno u otro caso, ambos no tienen en cuenta que es posible asumir uno y otro rol sin que se afecte la vida en pareja.

– La infidelidad, una de las grandes causas de ruptura conyugal y se hace cada vez mas creciente. Puede ser la amenaza final que se suma a otras que pueden ir dando o sucede de pronto. Sin embargo, la pareja no suele anticiparse a leer algunos indicios. Volvemos a reiterar que el matrimonio no es el fin de la atracción física ni de la vida afectiva y sexual. Al no mantenerse viva esta atmosfera de emoción, de calidez, no hay muestras de interés por salir o estar juntos. Nada sustituye los beneficios que generan estos espacios, ni el dinero, ni un regalo de cuando en cuando. La relación cara a cara es clave. Es en estas situaciones, cuando uno u otro, se hace proclive a la infidelidad. La motivación por una persona externa se hace mayor y muchas veces puede no ser solo un escape a estos problemas.

– Algunas adicciones, probablemente sea frecuente en los varones, aunque hoy en día es tema de ambos sexos. El alcohol, y la ingesta de drogas, son causas serias del fracaso matrimonial. Son graves las secuelas sociales y económicas a que dan lugar, especialmente el malestar emocional de los hijos.
A estos problemas harto conocidos, ahora se añaden la adicción a los juegos y otros entretenimientos por internet y en los casinos.

-Las dificultades económicas, en tanto la pareja no sepa manejarlas como situaciones coyunturales de los que se pueden salir vía el esfuerzo conjunto, pueden dar lugar a roces continuos hasta el rompimiento de la relación.

-Las intervenciones de los parientes,
ósea de ambos cónyuges, generalmente se ven comprometidos a la intromisión justamente cuando ven dificultades y como es de esperar van a tratar de tomar partido por sus seres queridos.

Sepamos queridas amigas, que una u otra causa de los conflictos matrimoniales generan consecuencias desastrosas y por ello hay que evitarlo.
¿Cómo? Nada que no seas capaz de hacerlo:

-Recuerda que el matrimonio no es un lecho de rosas, es un construir juntos, es ir madurando emocionalmente juntos y cada uno, es aceptarnos como somos, pero cambiar. Lo primero es que no se piense solo en uno de forma egoísta, en el yo, sino en la unidad, en el nosotros, en compartir.

– Superar visiones machistas y procurar que en todas las actividades del hogar puedan participar en pareja.

– Dialogar para ver las mejores soluciones a cualquier dificultad.

– No perder la alegría y la tolerancia en la vida diaria a fin de mantener igualmente optimistas a todos los miembros del hogar.

Los cónyuges deben mantener siempre y de las maneras más ingeniosas, la emoción afectiva, el humor y las ganas de estar juntos.
Desde este lado de la mágica bruma,
Tus amigas de,
MUJER HOY

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