Increíble cómo pasa el tiempo, no hay forma de detenerlo, de hacer pausa, solo pasa y con los días y los meses, llegan las estaciones y dependiendo donde nos encontremos, empezamos la primavera hacia el hemisferio sur y el otoño hacia el norte. Lo importante es que todos somos parte de estos cambios y ciclos de la naturaleza.

Hablando de estaciones, es bueno recordar que la naturaleza tiene una manera única de hablarnos, de recordarnos que somos parte de un ciclo más grande de vida, uno que sigue su curso sin importar lo que suceda a nuestro alrededor, no hay forma de cambiar la estación. Cada estación trae consigo cambios, algunos sutiles y otros muy visibles, pero todos necesarios. Lo que quizás no siempre notamos es que estos cambios externos están profundamente conectados con nuestra propia vida, con nuestros propios procesos de transformación. Y es que, al igual que la naturaleza, también nosotros estamos destinados a evolucionar, a florecer, a soltar, y a renacer una y otra vez.

Cómo decía mi madre: “La posibilidad de cambiar y mejorar para lograr nuestros sueños, siempre estarán presentes mientras sigamos respirando”. Gran verdad.

Para muchos la primavera es la estación favorita, porque llega con sus intensos colores, olores decorando la tierra. Las flores comienzan a abrirse, los árboles recuperan su verdor, y el aire se llena de fragancias frescas. Este es un momento de renovación, un recordatorio de que siempre hay una nueva oportunidad para empezar de nuevo. Así como las plantas que han estado dormidas todo el invierno comienzan a crecer hacia la luz, nosotros también tenemos la oportunidad de levantarnos, de abrirnos al mundo con una nueva energía y optimismo. La primavera nos invita a salir de nuestra zona de confort, a atrevernos a hacer algo diferente, algo que nos permita crecer y expandirnos, así lograr nuestros sueños.

Es obvio que la vida es un constante ciclo de transformación, y al igual que en la naturaleza, esos cambios suelen venir con desafíos. Pero lo maravilloso es que cada estación nos enseña algo diferente. En la primavera, la lección es clara: todo lo que hemos soñado o planeado durante los momentos más oscuros del invierno ahora tiene la posibilidad de florecer. Pero para que eso ocurra, debemos ser valientes. Debemos atrevernos a sembrar nuevas semillas, a cuidar de ellas, y a esperar con paciencia el momento de la cosecha. Por lo tanto aún en el invierno gris, podemos fortalecer nuestros proyectos, nuestros aprendizajes y aprender a esperar.

El Poder del Florecimiento: Abrazando la Primavera de Nuestra Vida

La primavera es el renacimiento, no solo de la naturaleza, sino también de nuestro propio ser. Es el momento perfecto para cuestionarnos: ¿qué partes de mí necesitan renacer? ¿Qué áreas de mi vida necesito cambiar? ¿Qué hábitos necesito soltar y potenciar otros? Así como las flores no temen mostrarse en todo su esplendor, nosotros también debemos permitirnos florecer. Este es el tiempo de abrazar nuevas oportunidades, de mirar hacia el futuro con esperanza y de actuar con valentía.

Si has estado esperando el momento adecuado para hacer ese cambio que tanto deseas en tu vida, para empezar un nuevo proyecto, una nueva relación o incluso un nuevo estilo de vida, la primavera es tu señal. Este es el momento de salir de ese punto neutro de confort que puede parecer seguro, pero en realidad nos mantiene estancados. Sal de ese espacio con la confianza de que, al igual que las flores que siempre vuelven a brotar, tú también serás capaz de renacer, una y otra vez. Este es el momento.

Otoño: El Arte de Soltar lo que Resta para Crear Espacio para lo Nuevo, para lo que suma

Así como la primavera nos invita a florecer, el otoño nos enseña el arte de soltar sus hojas secas, de dejar ir aquello que resta. Al ver cómo los árboles dejan caer sus hojas, somos testigos de la belleza de dejar ir. Y este es un recordatorio poderoso para nuestras vidas: para que algo nuevo pueda surgir, debemos hacer espacio. Debemos soltar aquello que ya no nos sirve, ya sea un pensamiento, una relación, un miedo, o una costumbre que nos está frenando y nos impide pasar al siguiente nivel de nuestra historia.

El otoño es una época de reflexión de auto análisis.  Los días se vuelven más cortos, el aire más fresco, y la naturaleza nos invita a mirar hacia adentro. ¿A qué te aferras y que ya no te sirve? ¿Qué necesitas dejar ir para permitir que algo nuevo y mejor entre en tu vida? ¿Qué te esta dañando y no te das la licencia de sacar de tu vida? Este es un proceso que requiere coraje, porque soltar siempre es un desafío, es un riesgo. Pero el otoño nos muestra que es un acto necesario. Sin la caída de las hojas, no habría espacio para que nuevas hojas crezcan y que permitan que las flores pinten la próxima primavera.

Soltar no significa perder. Más bien, significa hacer espacio para lo que realmente importa. Y eso es algo que todos necesitamos en nuestras vidas. Al soltar el miedo, la duda o la necesidad de control, permitimos que entre la creatividad, la confianza y la libertad. Nos damos el permiso de respirar más profundamente, de caminar más ligeros, y de prepararnos para los próximos desafíos con una nueva perspectiva y confianza.

Si necesitas ese gran empujón para dar ese primer gran paso, entonces te invitamos a ser parte de nuestro próximo taller de Life Coaching: Supera tus Miedos y Sé Tú Mejor Versión. Nos encantará tenerte, solo presiona en este enlace para más detalles.https://wa.link/5vhbkj

Hoy te invito a Abrazar tu Propio Ciclo de Transformación, de cambio y mejora

Al igual que las estaciones, nuestras vidas están en constante cambio. Cada ciclo trae su propio conjunto de desafíos y oportunidades, pero todos son igualmente valiosos. No tengas miedo de florecer en la primavera, de soltar en el otoño, de descansar en el invierno y de actuar en el verano. Abraza cada etapa de tu vida con gratitud y con la certeza de que cada cambio te acerca a tu mejor versión y esa es la gran clave.

Es hora de que tomes el control de tu propia evolución. Sal de tu zona de confort, abraza los cambios que vienen, y permite que cada estación te enseñe algo nuevo. Aprende a leer esos mensajes que nos trae cada estación y ponlos en práctica en tu quehacer diario. La vida es un ciclo interminable de crecimiento y transformación, y cuando aceptamos esto, nos damos el permiso de vivir con más plenitud y alegría. Hoy es el día ideal para empezar a crear una gran historia. ¡Atrévete a cambiar y florecer como nunca antes!

Un amical abrazo desde este lado del hemisferio sur. Hasta el próximo encuentro.

¡¡¡Que sigas bien!!!

Lourdes Irene Ascue Bravo

Life Coach y editora de

PARA TI MUJER HOY